Cuba, Google y el Premio Príncipe de Asturias

Parto para la redacción de esta nota del principio inalienable de que cada uno de nosotros podemos _y es saludable_ tener una opinión parecida o diferente sobre cada tema de conversación. La homogeneidad no es buena ni siquiera para quienes opinan igual. De la lucha de contrarios nace el desarrollo, dijo hace una pila de años algún filósofo conocido. Pero que respete un criterio discrepante no significa en ningún momento que deba quedarme callado ante determinadas posiciones de apreciación, para mí desacertadas.

Por ejemplo, no entiendo aún por qué siempre tenemos que verle el lado malo a las cosas o la paja en el ojo ajeno, aunque para ello nos olvidemos que muchas veces tenemos el tejado de vidrio y es fácil de que nos lo "rompan" de una pedrada perdida.

Acabo de leer en Juventud Rebelde un artículo donde critican la selección de Google para el Premio Príncipe de Asturias de 2008 en la categoría de Comunicación y Humanidades... ¿y por qué lo critican?... Pues, esencialmente, porque nos bloquea el acceso a determinados softwares o aplicaciones... Pero muchos no entenderán cual es el problema real al no estar en la isla. ¿qué nos pasa en realidad?... Eso es lo que trataré de explicarles y, de paso, tratar de explicármelo yo mismo a ver si puedo entender "por donde le entra el agua al coco"... ¿OK?...

Pues en JR se explica bastante bien y detalladamente que cuando usuarios de Internet en Cuba, o sea, saliendo a navegar a Internet través de servidores con direcciones IP asignadas a los diversos proveedores cubanos, sencillamente si lo que queremos es descargar un software o una aplicación como puede ser, por ejemplo, el Google Earth o el gestor de imágens PICASA, también gestionado por Google, recibimos una página de respuesta diciendo que desgraciadamente por estar en Cuba no pueden "proveernos" de ese SW o aplicación, esencialmente debido a que Google es una compañía estadounidense y debe cumplir las leyes establecidas en su país, entre ellas las leyes y regulaciones que establecen el bloqueo o embargo a Cuba, por muy polémicas e injustas que pudieran las mismas. Hasta aquí los hechos sobre el tema del bloqueo de Google a "Cuba" abordado por el periodista de JR. Eso es cierto, concreto y real. Venga un yankee rubio y de ojos azules a La Habana y trate de conectarse y verá que, por muy extranjero que sea, tampoco puede acceder a esos servicios...

Y eso de limitarnos el acceso a bienes o servicios sencillamente por ser cubanos no está bien porque nadie se cree que los cubanos de la Isla seamos terroristas o algo peor... Pero creo que Google no es el culpable, sinó lo son esas leyes absurdas y locas que se establecieron hace más de 45 años y que aún ningún Presidente norteamericano ha tenido valor para quitarlo. Google, como cualquier persona natural o jurídica, en cualquier país del mundo, tiene que cumplir las leyes y/o regulaciones o se arriesga a sufrir sanciones por violarlas. Por solo citar un ejemplo claro y sencillo, la empresa cubana que compre un producto a una firma extranjera y pague de sus cuentas bancarias, se arriesga a que la sanciones y que le retiren la administración de sus cuentas bancarias pues, según las leyes cubanas, todas deben tributar sus ingresos a una cuenta única de ingresos del Estado y, si tuviera que pagar algún producto o servicio debe pedir el pago al Banco Central de Cuba... ¿y eso es justo?... NO. Cada empresa debe ser capaz y responsable como para administrar sus propios ingresos y pueda reinvertir sus beneficios en mejoras a la producción o a los trabajadores, siempre que cumpla con sus obligaciones impositivas y sociales. Pero ningun empresario cubano se arriesga a incumplir esa regulación (que no ley), porque sabe que lo menos que le va a pasar es que va a tener que buscar trabajo a partir del mes siguiente, porque sería incumplir con las regulaciones establecidas por el Gobierno y el Estado cubano, por muy loca o injusta que fueran estas... ¿hasta aquí me entienden?...

Pues para mí eso esclarece por qué Google no puede suministrarnos tales softwares (que no significa que no nos preste servicios, porque si uno ya tiene el SW instalado en su ordenador, puede utilizarlo sin problema alguno). Ellos cumplen con las leyes de su país, sencillamente.

Ahora... ¿y qué me dice ese periodista de nuestras propias regulaciones, más incomprensibles y denigrantes, las que nos prohiben el acceso a Internet sólo por ser cubanos?.

Aunque mañana mismo llegue a la Casa Blanca un Presidente norteamericano con suficiente inteligencia y valor como para eliminar el embargo _que todo el mundo condena y hasta los propios políticos yankees reconocen que ha sido ineficaz y solo sirve de excusa para apretar más la tuerca del lado de acá_, de todas formas los cubanos no podremos acceder a esos softwares hoy limitados por Google, o incluso, ni siquiera a los que hoy Google no nos limita, porque a lo que realmente no tenemos acceso por las regulaciones cubanas _contrarias a lo establecido en la declaración Universal de los Derechos Humanos y a lo establecido en todo el resto del mundo_ es a la Internet en si misma; al conocimiento; a poder decidir por nosotros mismos lo que creemos que es lo correcto... y a actuar en consecuencia.

Me vuelvo a robar otro estribillo, esta vez de Taladrid: "saquen Uds. sus propias conclusiones". Ya yo hace rato me he adherido al grito de los bloggers cubanos: